Las 11:52. Acabo de venir de Córdoba. Un año mas no he podido faltar a mi cita anual con su Feria, su fiesta y su gente. Tan abierta como siempre me ha recibido con los brazos abiertos. Lo único que quizás he extrañado ha sido la ausencia de A. Aunque ya se me hace algo habitual no contar con él...
La verdad que ha sido estupendo. Marcha, baile, fiesta, bebidas, mujeres..., sin comentarios.
Y para colmo hacia ya tiempo que no me pegaba una escapada como esta. Sin casa, sin planes, sin conocer la ciudad, sin saber ni como ni cuando ni ciento volando, ni ayer ni mañana (como dice la canción).
¿Quién dijo que los planes valían para algo?. No. Los planes solo valen para fastidiarse. Porque las cosas salen mejor a la aventura, al que pasará, al como salga, al dejándolo todo en manos de la señorita fortuna y del señor destino.
Y está noche estaban con nosotros. De nuestra parte. Hemos triunfado.
Esta noche he vuelto a hacer. Me escapé con la luna y desayuné con el sol.
Esta noche he vuelto a tener a los astros en conjunción.
Esta noche me he quitado dos años de encima.
Esta noche he vuelto a nacer.
Ahí queda.
Son las 6:22 de la mañana, y yo si hay algo por lo que me caracterice nocturnamente es por dormir profunda y placenteramente sin enterarme de nada, ya ocurran terremotos, tormentas, ruidos, estallen bombas y demás movidas así. Sin embargo me he desvelado por un mosquito ¡*^% (léase cabrón) que me ha puesto el brazo y la pierna bonitos a ronchas.
Hay que tener mala leche, y no lo digo por las picaduras sino por haberme despertado, haberme hecho tener que salir y fumigar mi habitación, hacerme esperar a que se vaya la peste a insecticida y encima haber escrito este post.
Maldito seas mosquito ¡*^%. Eso sí, descansa en paz.
-Yo te sostendré, Ártax -le dijo al oído-, no dejaré que te hundas.
El caballito relinchó una vez más suavemente.
-No puedes ayudarme, señor. Estoy acabado. Ninguno de los dos sabíamos lo que nos esperaba. Ahora sabemos por qué el Pantano de la Tristeza se llama así. La tristeza me ha hecho tan pesado que me hundo. No hay escapatoria.
-¡Pero si yo también estoy aquí -dijo Atreyu- y no me pasa nada!
-Llevas el Esplendor, señor -respondió Ártax-, y te protege.
-Entonces te colgaré el Signo -balbuceó Atreyu-. Quizá te proteja también.
Quiso ponerle la cadena alrededor del cuello.
-No -resopló el caballito-, no debes hacerlo, señor. El Pentáculo te lo han dado a ti, y no tienes derecho a dárselo a nadie aunque quieras. Tendrás que seguir buscando sin mí.
Atreyu apretó su cara contra la quijada del caballo.
-Ártax... -susurró estranguladamente-. ¡Mi Ártax!
-¿Quieres hacer algo por mí todavía, señor? -preguntó el animal.
Atreyu asintió en silencio.
-Entonces márchate, por favor. No me gustaría que me vieras cuando llegue el último momento. ¿Me harás ese favor?
Atreyu se puso lentamente en pie. La cabeza de su caballo estaba ahora medio sumergida en el agua negra.
-¡Adiós, Atreyu, mi señor! -dijo Ártax-. ¡...Y gracias!
Atreyu apretó los labios. No podía decir nada. Saludó una vez más a Artax con la cabeza y luego se dio media vuelta y se fue.
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Todo está en los libros. Está clarísimo. Uno empieza a morir cuando empieza a desear el no querer vivir.
A día de hoy y después de ya casi 6 meses de mi vuelta sigo echando a Madrid de menos. A Lavapíes, al Madrid de los Austrias, a Fnac y Malasaña, Chamberí, Palos, Huertas... a mi Valle del Kas. Mil palabras, mil caras de una Madrid acogedora y cálida. Tan cálida como sus radiadores y su metro. Risas y vida lejos del mar como dice la canción. Le debo tanto que le dedico a ella y su gente este post. Ella que me ha dado tanto en tan poco tiempo y de la que siempre guardare un grato sentimiento y un rinconcito en mi corazón. Todavía recuerdo el día en que llegaba a sus calles anchas con pensamientos de comerme una ciudad tan grande. Pensaba que sería de mi el día de regreso. Al año me di cuenta que debía volver y que volvía siendo otro. Lo que no supe en aquel entonces es que ella me comió a mi.
Ole sus huevos. Ole los míos.
Son las 21:25 exactamente y por un momento pienso cuanta gente estará haciendo algo (x) ahora. Por ejemplo. Habrá mucha gente trabajando en este mismo instante. Gente durmiendo, gente comiendo. Los habrá bailando y haciendo el amor. Mucha gente eructará en el instante en que escribo estas líneas. Incluso alguien que muere y que nace. Ahora mismo alguien escribe como yo ó la de gente que habrá leyendo. En el metro, en casa, en el autobús o en algún banco perdido de cualquier parque. Por no decir cuanta gente estará durmiendo o soñando. Gente que espera un tren o un autobús para llevarlos a un destino esperado. Alguien habrá odiando e incluso matando (por desgracia). Gente que quizá nunca tendrán nada que ver conmigo, aunque yo ahora piense en ellos y los mencione en este post.
Y yo me pregunto: ¿cuánta gente estará pensando en mí?.
Uno de los objetivos de este blog será reflejar o al menos intentarlo, los sueños nocturnos (o de siesta) con los que mi subconsciente gratamente me recrea durante ese estado de coma temporal y bendito. La finalidad de dicha inmortalización será el poder comprobar mas adelante que han querido decirme esas sesiones de cine fantástico en las que suelo ser el protagonista principal. Vamos, poder comprobar si mis sueños se han hecho realidad. Dudo mucho de esto porqué como alguien dijo los sueños, sueños son...-; aunque yo, no pierdo la esperanza.
Ahí quedó.
(1) el gato de mi tio. Se llama Chulo.
Se acerca el verano y ya va uno pensando donde pasar las vacaciones (si es que las hay).
¿Os suena eso de?: Caminante no hay camino, se hace camino al andar...
Tengo un grano en el culo que es distinto a los demás
Mi culo es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera,
que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.
Mi grano en cambio, es enorme, dorado e inseparable
Todos los años, cuando el verano llega, a mi cachete se pega
todos los años, cuando a tus playas voy, a mi nunca me niega
Me gusta pasear por la orilla, me gusta hacer camino
detenerme, mirar atrás, y observar mis propias huellas
huellas que las olas recogerán y harán suyas
huellas que se perderán en el tiempo .
huellas que del espacio desaparecerán
Veraneante, son mis huellas el camino y nada más
Veraneante, no hay verano, se hace verano al andar
Al andar se hace verano, y al volver la vista atrás,
Se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar..
Veraneante no hay verano, sino momentos junto al mar.
Nunca nadie sabrá que yo estuve allí .
que estuve allí contigo
que estuviste allí conmigo
nunca nadie sabrá que el tiempo se detuvo
nunca nadie sabrá que el espacio se redujo
Nunca nadie sabrá que aunque estuviera llena la playa yo a solas contigo estaba
siendo cómplices del mar .
cómplices del sol y la luna
cómplices del viento y de su tierna brisa
respirando el aire que tu expirabas que más puro aún lo hacías
tu sonrisa era la mía
tus húmedos ojos los míos turbiamente contemplaban
Ha pasado el tiempo y no puedo olvidar
Ha pasado el tiempo y cada grano de arena en ti me hace pensar
Tengo un grano en el culo que no me pienso quitar
Mi primer post. Mi primera expresión al mundo exterior de mi mundo interior. Ese mundo exterior que tantas veces nos decepciona, que tantas veces nos ha defraudado, ese paraíso perdido...
¿Se nota que no ha sido un día bueno, verdad?. La cuestión es que se empieza por encender la tele y ver el empeño que hay por parte de todo el mundo en hacer que nos guste la dichosa Boda Real (mas irreal que nada). Pues no, me niego de todas todas. Me horroriza saber que dos personas se gastan para un día 4.113.000 (684.345.618 Pts.) de los cuales no han sudado ni un céntimo. Y yo, paseo por el Virgen del Rocío y no hay habitaciones suficientes, ni camas, ni siquiera personal..., la de vidas en el mundo que se podrían salvar con el caprichoso gasto de dos personas... para echarse a llorar (vive la France!).
En un futuro lo haré en el momento que me harte de verdad. Tirare mi DNI, la tarjeta del banco, el móvil, todo, lo tirare todo al río y me iré a Los Caños a vivir por fin algo de mí vida. Allí el príncipe eres tú, el de las mareas. allí hay ruidos, el del mar, hay largos caminos, los de las estrellas. Porque sí, para salir de Los Caños hay que salir por las estrellas. Benditas sean las utopías.
Y sigo viendo la tele y en vez de tele ya parece una pesadilla. ¿Tan difícil es vivir en paz?. Israel, malos tratos, Irak...
En fin, encima tengo que estar contento y darme con un canto en los dientes que no me falta nada. Ni siquiera un blog para reposar mi mente. Mal día escogí para estrenarlo...
Por cierto, no encendáis la tele; quema.